Si quieres tener éxito en tu negocio y en tu vida, encuentra un Yoda.

(Frase real sacada de un artículo web de Forbes)

Desesperante el temita….

Igual me equivoco, pero si tienes un negocio me parecería raro que lo que cuento aquí no te interese.

Eso sí, me refiero a un negocio de verdad, no a uno de juguete.

Es agonizante ver cómo la gente compra éxito a precio de oro para morder después el polvo.

Y todo porque le meten paja en la cabeza con frases zen como la del Yoda.


Entiendo que tú también te estás preguntando si tener una marca potente te servirá para revolucionar tu negocio y convertirlo en una máquina de hacer dinero como dicen por ahí.

Para responderte no pienso prometerte nada. Eso lo dejo para los auténticos gurús de los negocios, que son expertos en pensar por ti.

Yo prefiero tratarte con respeto y no reírme de tu inteligencia. Porque no tengo ni idea de lo que te impacta y lo que no, pero lo que tengo claro es que tontos no somos ni tú ni yo.


Mira.


Hay dos tipos de profesionales que trabajan la marca.

Los que de verdad saben lo que hacen y los que no tienen ni puñetera idea.

Y todo se puede disfrazar.

El que es muy bueno, pero no quiere ir de sobrado. Y el que no sabe por dónde le da el aire en cuestión de marcas y vende motos o humo, lo mismo da que da lo mismo.

En mi humilde opinión, te sale más a cuenta trabajar con quien controla de marcas, pero igual te preguntas cómo distinguirlo.

 

A ver si esto te ayuda a diferenciar…


El vende humos en marca viste traje y corbata, habla de usted y se manifiesta con cosas como esta:


“La marca implica mucho más que una táctica liderada por el marketing.”


What?


No sé tú, pero yo me quedo igual. O peor.


En cambio, un brander que conoce bien la marca y sabe lo que hace, te mira a la cara y te dice:


“Una marca potente te da pasta, seguridad y libertad.”


Algo que puede sonar muy directo a la gente que tiene miedo y que no se atreve con su vida. Pero que es real.


Cuando alguien se plantea con quién trabajar su marca, busca por internet y entonces ve videos que después de chorrocientos minutos no cuentan nada, lee textos llenos de teoría con conceptos etéreos y escucha podcasts sin sustancia que dicen cosas como…

· 5 elementos clave para crear con éxito tu marca y la de tu amigo, por el mismo precio.

· Crea tu marca en 10 minutos con estos 18 pasos infalibles.

· Guía definitiva para tener una marca irresistible, que te consiga citas en Tinder.

· Para tener una marca reconocida sé tú mismo, medita todos los días y come lechuga los viernes.


No sé si pillas por dónde voy.

Si todo esto te suena a chino, todavía estás en fase de que te coman el coco unas cuantas veces. Pero si ya no te apetece perder más el tiempo con chorradas varias, te voy a acortar un poco el camino.


Piénsalo bien.


Ahí fuera hay cientos de empresas fabricando, vendiendo y ofreciendo lo mismo.

Igual esto te ofende, pero aunque vendan lo mismo que tú puede que su producto sea mejor que el tuyo. En precio, en calidad, en contenido o a saber en qué.

Pero eso no es preocupante.

Lo importante es que, hagas lo que hagas, fabriques lo que fabriques, vendas lo que vendas, des el servicio que des, no solo tienes que ser bueno sino que tienes que parecerlo.

Es más. Es que tienes que parecerlo más que serlo.


Antes de que me juzgues por inmoral, te explico algo.

No voy a entrar en medir si eres bueno en tu profesión ni si tu negocio es serio, eso lo dejo a tu criterio y tu juicio, que ya somos mayorcitos. Pero si te quieres comer un rosco en tu sector profesional, ya te adelanto que o te vendes con entusiasmo y lo cuentas con ganas o te comes los mocos.

Tal cual. Con eso tú decides con quién quieres preparar tu marca.


Dicho esto, no sé muy bien qué esperas de un profesional, pero te cuento lo que yo pido a todo el que trabaja su marca conmigo.

· Que tenga un negocio de verdad, no un pasatiempo.

· Que le ponga ganas a la vida y al trabajo.

· Que tenga claro lo que vende y a quién se lo vende.

· Que no tiemble por llamar a las cosas por su nombre asumiendo que no va a gustar a todo el mundo.

· Que sea autosuficiente y no necesite la aprobación de su marido, su madre o el vecino para cambiar un florero de sitio.

· Que no se ampare en el victimismo insistiendo en que tiene una vida de mierda.

· Que no le entren escalofríos al subir una foto suya a internet. Una foto decente, se entiende.

· Que no lleve el discurso de “mis clientes son diferentes”, “eso te funciona a ti porque eres tú”, “yo no puedo implementar eso porque hoy llueve”, …


Si te parecen demasiadas exigencias, puedes no seguir leyendo.

Pero si te pica lo que te cuento, te quiero explicar por qué no juego a las casitas con las marcas que se ponen en mis manos.



Trabajé unos 8 años en una empresa de branding arquitectónico muy gorda de Madrid. Llevábamos proyectos de marcas muy tochas aplicando la marca en cualquier espacio. Edificios enteros de oficinas, ciudades financieras y de justicia, centros comerciales, hospitales, … una brutalidad.

Hacíamos un montón por las marcas y su comunicación. Un mogollón.

Un trabajo con mucho potencial para crecer, tanto para la empresa como para mí. Nos encargaban cantidad de proyectos ganados a concurso y eso eran un montón de puntos a la hora de destacar en el sector, pero también una subida meteórica para mí como parte de la empresa.

Todo super idílico pero real. Para mí un desarrollo profesional bestial. Había muchas ganas de hacer y yo llevaba el entusiasmo en vena.

Yo era Project Manager. Y era lo que me gustaba. Llevar la voz cantante y conseguir que la orquesta sonara bien con todos los músicos. Aprendí a base de horas, de errores, de aciertos y de ostias. Todo hay que decirlo.

Pero la lección más grande que me llevé en cuanto a marcas fue…

La identidad de una marca bien creada no se toca. Ni la visual ni la verbal. Ni el logotipo, ni las palabras, para entendernos.

Por mis manos pasaron BBVA, Hospitales de Madrid, Banco Santander, Google, eBay, Banca March, Price Water House Coopers, Torre Espacio, Unidad Editorial,… de este pelo. Y lo que marcara su manual de marca era sagrado. Quien no lo respetara estaba cometiendo pecado y podía acabar en el infierno.

Ahí entendí el rigor de una marca bien creada. Y el poder de la coherencia al utilizarla.

Eso hacía ganar miles de euros a las empresas para las que trabajábamos. Más clientes. Más ingresos.

Cosa seria.

Así que yo me dejaba la vida en el mensaje de marca en la recepción de un hotel, los textos que lucían en la pared de un restaurante, el presupuesto presentado al CEO de la corporación, la comunicación en una feria internacional ….

 

La esencia y el alma de la marca tienen que estar. Impolutas. Revolucionarias. Espectaculares.

 

Desde entonces esa lección ha ido aplicada para cada uno de mis clientes.

Si apuestas por tu marca, no vale ir a medias tintas, tienes que ir a por todas. A crear algo fuerte y diferente.


La gente busca seguridad, quiere sumarse a marcas fuertes, seguras y coherentes. Y eso es lo que tenemos que darles.

Entonces, perdona que insista, pero si vamos a trabajar juntos necesito dejar algo claro. Yo voy a auditar tu negocio, estudiar tu competencia, analizar lo que vendes, cómo lo vendes y a quién lo vendes y sobre todo, ver en qué punto estás tú y cómo puedes diferenciarte para no ser más de lo mismo, pero si no te implicas o no te atreves a poner precios de verdad en lugar de jugar al Monopoly o decides cambiar el texto del «sobre mí» de tu web que he redactado para ti y dejarlo con el parecido de un huevo a una castaña, no estamos hechos para trabajar juntos.

Porque quien de verdad se lleva la pasta es quien se compromete con su empresa y con su marca. Quien está dispuesto a hacer cosas diferentes que se salgan del borreguismo de todo el mercado y quien esté de verdad dispuesto a salir de la vida gris para disfrutar ganando dinero.

Entonces, tiene que haber una simbiosis brutal entre tú y yo. Durante el tiempo que estemos trabajando, no tendrás secretos en cuanto a decisiones de marca y de estrategia. Cada cambio sobre lo que yo vaya tratando me lo deberás comunicar.

Te puede sonar imperativo y directo, pero en esto no vamos a perder el tiempo ni tú ni yo. Trabajar la marca bien puede traerte mucho dinero. Hacerlo sin coherencia te puede hacer perderlo.


Yo apuesto por ti y por tu marca no porque me aburra, sino porque los resultados de mis clientes traen otros y mi trabajo y reputación también están sobre la mesa.

No es arrogancia, no es soberbia.

Vamos a darle la vuelta a tu negocio a través de la marca y eso no es hacer churros en una feria.


Mis servicios no son baratos. Habrá gente que lo hace por menos. Pero es que yo me lo tomo en serio. Me meto en tu negocio como si fuera el mío por un tiempo. No uso plantillas ni trucos de magia. Preparo tu negocio para que venda y te entreno a ti para que lo abanderes. Porque quienes lideran de verdad su negocio y no se pasan las horas persiguiendo clientes son quienes de realmente ganan dinero.


Pero espera un momento, que hay algo más que te debo decir.

No puedo firmar un documento donde te jure que tus ventas van a subir X o que tus clientes van a aumentar Y. Nadie puede firmar eso.

Lo que voy a hacer es dejar todo montado para que tu marca sea la palanca que dé la vuelta a tu negocio. Pero no hay cifras ni porcentajes exactos de resultados que yo prometa.

Otra cosa que me parece importante que sepas es cuál es la forma de pago. En mi propuesta te explico cómo pero antes de empezar el trabajo deberás haber pagado un 60%.

No sé tú, pero a mí no se me ocurre negociar cuando contrato un profesional que pide pago por adelantado. Jamás. Si esto te supone un problema,  estoy segura de que encuentras a alguien que pueda ayudarte.


Ahora, con todo lo que has leído, si quieres más información rellena el formulario que encuentras aquí abajo y me pondré en contacto contigo para ver si podemos trabajar tu marca.